Como cada primer fin de semana de septiembre desde el año 2008, se celebra en Ferrol el Festival Meninas de Canido. La iniciativa, ideada por el artista Eduardo Hermida, surgió con el objetivo de que su barrio ferrolano, en decadencia, abandonado, recobrase vida, color, y luz, a través de una acción artística. El impacto social, urbanístico, y por supuesto pictórico, es innegable y demuestra una vez más como está claro que CON EL ARTE SE PUEDE CONSTRUIR, SANAR, REGENERAR Y EMBELLECER. Cada artista colabora haciendo su versión del famoso cuadro de Velázquez.

En mi caso, aparte de tener ese punto de partida, tuve también el relato en el que Eduardo, cuenta quienes fueron sus primeros aliados a la hora de llenar de Meninas el barrio de Canido:


“Armados con los útiles y herramientas del oficio, Estrela y yo comenzamos a pintar Meninas en las paredes. Primero en mi propia casa, como inicio de una cadena que más tarde se prolongaría por todo el barrio y después en los solares y edificaciones abandonadas en la Calle Alonso López. A ésta iniciativa se sumaron Carmela, Gustavo y un niño llamado Mohamed, que entonces residía en nuestra misma calle. Era una calurosa tarde de agosto y nuestra jornada de reivindicación concluyó con una merienda que sería el germen de la revolución artística y social que vendría después” .

Me pareció muy bonito que las primeras Meninas hubiesen sido pintadas por niños, así que pensando en ellos y en como se habrían imaginado a las protagonistas del cuadro de Velázquez, quise dar forma a un retrato de cámara en el que las nuevas meninas fuesen seres fantásticos, híbridos mágicos, que se acercaran al mundo de la fantasía infantil, filtrada por mis ojos adultos. Mis Meninas buscaron estar a la altura de aquellas que Estrela o Mohamed podrían haber dibujado antes de su merienda para decorar su “pequeño” barrio. El resultado es el que muestro en las fotografías, realizadas por el artista Fernando de France.


Me gustaba la idea de llevar el lenguaje del dibujo al mural, no realizarlo únicamente con pintura, así que mi desafío fue el elaborar una obra en la que el trazo fuera el protagonista. A través del collage y de la pincelada muy fina, logré que más que un aspecto pictórico, mi mural tenga un aspecto de Meninas dibujadas.